sábado, 27 de septiembre de 2008

Primera Parte

En el año 2005 (un año antes de la fecha en la que Spectator saliera a la luz pública), se cumplió un siglo desde la fecha en que apareció publicado por primera vez en Rusia en 1905 a iniciativa de Serge Nilus uno de los fraudes literarios más grandes de todos los tiempos, el tracto Los Protocolos de los Sabios de Sión, el cual fue descubierto y expuesto en 1921 ante el mundo entero como el fraude que realmente es por un extraordinario periodista británico del periódico The Times, Philip Perceval Graves (no-judío, su árbol genealógico puede ser consultado en varias fuentes en Internet):





del cual se reproduce a continuación el encabezado de la segunda parte de sus tres históricos artículos, publicado el 18 de agosto de 1921:




(Esta es una copia fiel del impreso original que obra en las hemerotecas del Times de Londres, y puede ser vista mejor con la ampliación de la imagen.)

A continuación tenemos la traducción del anterior recorte periodistico:

"PELIGRO JUDIO" EXPUESTO

"FALSEDAD" HISTORICA

DETALLES DE LA FABRICACION

MAS PARALELOS

Publicamos el día de ayer un artículo de nuestro Corresponsal en Constantinopla, que demostró que los notorios "Protocolos de los Sabios de Sión" -uno de los misterios de la política desde 1905- fueron una burda fabricación, estando basado el texto en un libro publicado en Francés en 1865.

El libro, sin página de título, fue obtenido de nuestro Corresponsal de una fuente Rusa, y pudimos identificarlo con una copia completa que obra en el Museo Británico.

La revelación, que naturalmente despertó el mayor interés entre aquellos familiarizados con cuestiones judías, finalmente desecha a los "Protocolos" como evidencia creíble de una conspiración Judía en contra de la civilización.

Publicamos abajo un segundo artículo, que dá más paralelos cercanos entre el lenguaje de los Protocolos y el atribuído a Maquiavelo y Montesquieu en el volumen fechado de Ginebra.

La naturaleza fraudulenta de este libro y las trágicas consecuencias que tuvo para la humanidad entera costándole al mundo la inmolación injustificada de millones de seres humanos ya han sido expuestas por otras fuentes y no es necesario reproducirlas aquí. Sin embargo, en ocasión de este lamentable aniversario, Spectator premiará la lealtad de sus lectores desmenuzando algo de la extensa propaganda literaria en la que se basan los militantes de la extrema derecha para justificar sus traiciones, sus crímenes, su uso profano de símbolos sacros, su maldad, su antisemitismo, y su odio en contra de todos aquellos que no comparten con ellos su desquiciada ideología. Este desmenuzamiento es una respuesta al favorable y espectacular recibimiento que tuvo alrededor del mundo entero otro trabajo previo reciente de Spectator titulado Traian Romanescu, y del cual muchos lectores han pedido a Spectator un poco más de lo mismo. Es así como llevaremos a cabo la desintegración de algunos párrafos tomados de los dos libros principales del ultraderechista que gustaba firmarse anónimamente como un supuesto "rumano" que se hacía llamar a sí mismo "Traian Romanescu".

En su libro La Gran Conspiración Judía, "Traian Romanescu" amartilla el argumento principal usado por la extrema derecha, el hecho de que Karl Marx, uno de los ideólogos del comunismo, era un judío, lo cual es una de las pocas afirmaciones de Romanescu que son ciertas. Sobre esto tenemos lo siguiente puesto en su libro (Capítulo II, Todos los Autores del Comunismo Teórico Fueron Judíos):

Karl Marx Mordekay, el padre del marxismo fue un judío de Alemania llamado en realidad Kissel Mordekay, nacido en Treves, Prusia renana, hijo de un abogado judío.

Karl Marx Mordekay es quien formuló la primera concepción moderna del nacionalismo hebreo entre 1843 y 1847 cuando se encontraba en Inglaterra, después de haber sido expulsado de Alemania a causa de sus ideas peligrosas. Por consiguiente como judío y para los judíos, Kissel Mordekay fue "nacionalista" mientras que como conspirador judío -autor del Manifiesto Comunista- de 1848 y de todas las demás obras escritas a los no-judíos, era en realidad un internacionalista.

En el año 1844, Karl Marx publica en la revista "Deutscher fränzosische Jährbucher" (Anales franco-alemanes) un artículo francamente ultranacionalista (¿?) titulado "Zur judenfrache"(En la cuestión judía) en el cual hace un detallado análisis del problema nacional hebreo, polemizando con Bruno Bauer, otro radical judío de Alemania.

Hasta el año 1847, Marx trabajo también en la redacción del "Programa sionista" , que con nuevas adicciones hechas por diversos judíos fue dictado a toda la judería internacional en 1897, por el I Congreso Mundial Judío.

En 1848 Karl Mordekay publico en Londres el conocido" Manifiesto Comunista", con el cual empieza la agitación de la clase obrera de todos los países cristianos, para la lucha contra el capitalismo burgués y la implantación de "la Dictadura del proletariado", todo esto, naturalmente, en el cuadro de la lucha secreta, llevada a cabo por el judaísmo mundial, para hacerse dueño del mundo.

Refiriéndose a la obra de Marx, Hitler escribió con toda razón en su libro "Mein Kampf" (Mi lucha):

"Karl Marx fue sencillamente y en realidad el único individuo entre millones, que en el lodazal de un mundo corrompido, descubrió con el ojo seguro del profeta, la ponzoña indispensable extrayéndola como por arte de magia, en una solución concentrada a fin de acelerar la destrucción de la existencia de todas las naciones libres de la tierra y todo ello con el propósito de servir a su propia raza"

Similares puntos de vista y opiniones ha emitido la extrema derecha alrededor del mundo en millares de páginas de su propaganda desde principios del siglo XX. Todo esto está generalmente sazonado con comentarios como el siguiente que aparece en el mismo libro (La Gran Conspiración Judía, Capítulo II, Todos los Autores del Comunismo Teórico Fueron Judíos)::

Frederik Engels: el segundo gran teórico del comunismo y el creador de la Primera Internacional Socialista (comunista) en 1849 , fue también judío, nacido en 1820 en la ciudad de Barmen, Alemania, hijo de un negociante judío en algodón, fue el más intimo colaborador de Marx en la redacción de sus obras. Murió en 1894.

y el siguiente en el libro Traición a Occidente del mismo autor (Capítulo XIX, Elementos Inseparables: Comunismo-Judaísmo):

Todos los demás compinches de Marx, Engels, Lasalle, Bernstein, etc., también fueron judíos.

Veamos primero qué tan buen judío era realmente Karl Marx, veamos cuánto amaba a su propia gente para la cual, según "Traian Romanescu", su principal objetivo era "acelerar la destrucción de la existencia de todas las naciones libres de la tierra y todo ello con el propósito de servir a su propia raza". Los siguientes párrafos los tomaremos tal y como aparecen en la traducción al Español de su obra Zur Judenfrage (Sobre la Cuestión Judía) publicada en 1843:

Vosotros, judíos, sois unos egoístas cuando exigís una emancipación especial para vosotros, como judíos. Como alemanes, debierais laborar por la emancipación política de Alemania y, como hombres, por la emancipación humana, y no sentir el tipo especial de vuestra opresión y de vuestra ignominia como una excepción a la regla, sino, por el contrario, como la confirmación de ésta.

¿A título de qué aspiráis, pues, los judíos a la emancipación? ¿En virtud de vuestra religión? Esta es la enemiga mortal de la religión del Estado.

La forma más rígida de la antítesis entre el judío y el cristiano es la antítesis religiosa. ¿Cómo se resuelve una antítesis? Haciéndola imposible. ¿Y cómo se hace imposible una antítesis religiosa? Aboliendo la religión. Tan pronto como el judío y el cristiano reconozcan que sus respectivas religiones no son más que diferentes fases de desarrollo del espíritu humano, diferentes pieles de serpiente que ha cambiado la historia, y el hombre la serpiente que muda en ellas de piel, no se enfrentarán ya en un plano religioso, sino solamente en un plano critico, científico, en un plano humano. La ciencia será, entonces, su unidad. Y las antítesis en el plano de la ciencia se encarga de resolverlas la ciencia misma.

La emancipación política del judío, del cristiano y del hombre religioso en general es la emancipación del Estado del judaísmo, del cristianismo, y en general de la religión.

Fijémonos en el judío real que anda por el mundo; no en el judío sabático, como hace Bauer, sino en el judío cotidiano.

No busquemos el misterio del judío en su religión, sino busquemos el misterio de la religión en el judío real.

¿Cuál es el fundamento secular del judaísmo? La necesidad práctica, el interés egoísta.

¿Cuál es el culto secular practicado por el judío? La usura. ¿Cuál su dios secular? El dinero.

Pues bien, la emancipación de la usura y del dinero, es decir, del judaísmo práctico, real, sería la autoemancipación de nuestra época.

Una organización de la sociedad que acabase con las premisas de la usura y, por tanto, con la posibilidad de ésta, haría imposible el judío. Su conciencia religiosa se despejaría como un vapor turbio que flotara en la atmósfera real de la sociedad. Y, de otra parte, cuando el judío reconoce como nula esta su esencia práctica y labora por su anulación, labora, al amparo de su desarrollo anterior, por la emancipación humana pura y simple y se manifiesta en contra de la expresión práctica suprema de la autoenajenación humana.

Nosotros reconocemos, pues, en el judaísmo un elemento antisocial presente de carácter general, que el desarrollo histórico en que los judíos colaboran celosamente en este aspecto malo se ha encargado de exaltar hasta su apogeo actual, llegado al cual tiene que llegar a disolverse necesariamente.

No es éste un hecho aislado. El judío se ha emancipado a la manera judaica, no sólo al apropiarse del poder del dinero, sino por cuanto que el dinero se ha convertido, a través de él y sin él, en una potencia uníversal, y el espíritu práctico de los judíos en el espíritu práctico de los pueblos cristianos. Los judíos se han emancipado en la medida en que los cristianos se han hecho judíos.

¿Cuál era, de por sí, el fundamento de la religión judía? La necesidad práctica, el egoísmo.

El dinero es el celoso Dios de Israel, ante el que no puede legítimamente prevalecer ningún otro Dios. El dinero humilla a todos los dioses del hombre y los convierte en una mercancía. El dinero es el valor general de todas las cosas, constituido en sí mismo. Ha despojado, por tanto, de su valor peculiar al mundo entero, tanto al mundo de los hombres como a la naturaleza. El dinero es la esencia del trabajo y de la existencia del hombre, enajenada de éste, y esta esencia extraña lo domina y es adorada por él.

Lo que de un modo abstracto se halla implícito en la religión judía, el desprecio de la teoría, del arte, de la historia y del hombre como fin en sí, es el punto de vista consciente real, la virtud del hombre de dinero. Los mismos nexos de la especie, las relaciones entre hombre y mujer, etc., se convierten en objeto de comercio, la mujer es negociada.

La quimérica nacionalidad del judío es la nacionalidad del mercader, del hombre de dinero en general.

Tan pronto logre la sociedad acabar con la esencia empírica del judaísmo, con la usura y con sus premisas, será imposible el judío, porque su conciencia carecerá ya de objeto, porque la base subjetiva del judaísmo, la necesidad práctica, se habrá humanizado, porque se habrá superado el conflicto entre ¡a existencia individual-sensible y la existencia genérica del hombre.

La emancipación social del judío es la emancipación de la sociedad del judaísmo.

De no haber sido escritos estos párrafos por un judío, precisamente uno de los padres del comunismo, "Traian Romanescu" los habría abrazado gustoso y los habría incluído dentro de sus fuentes de información "confiables". La cruda realidad es que, contrariamente a lo que afirma la propaganda enajenante de la ultraderecha, sobran judíos alrededor del mundo que el día de hoy con mucho gusto colgarían a Marx de una horca dejándole su cadáver a los buitres. Al morir, Marx tenía tanto aprecio por el judío ordinario y sus penalidades como el que tuvo "Traian Romanescu" por Karl Marx.

Un vistazo rápido a varios foros y sitios en la Web en donde miembros de las comunidades judías hispanas hablan acerca de Marx muestra que entre ellos la opinión generalizada es que (1) para Marx la emancipación humana fué un sinónimo de la abolición del judaísmo, (2) Marx representa un rasgo judeófobo muy típico del antisemitismo de izquierda: el llamado “humanismo selectivo”, (3) el téorico de la revolución jamás tuvo una palabra de solidaridad para las víctimas judías de los progroms, e incluso rechazó en la Segunda Internacional Socialista en Bruselas allá por 1891 a la que asistieron delegados judíos, una moción de condena a la creciente judeofobia, (4) el vil legado de Marx para los judíos fue que provocó el llamado judío ajudaico, un engendro que es normalmente un revolucionario, un radical, que a pesar de haber abolido el judaísmo (como Marx) es percibido siempre como “el judío”, y el cual simpatiza siempre con todo perseguido… siempre y cuando no sea judío, (5) la "Cuestion Judía" forma parte de un debate que Marx mantuvo con su ex-maestro Bruno Bauer en el cual Bauer planteó que los judíos no podrían emanciparse en un Estado cristiano, y lo que hizo Marx fue acrecentar esta judeofobia, diciendo que no se puede abordar el asunto con un enfoque exclusivamente religioso pensando en el “judío sabático” (así lo definía él), sino también teniendo en cuenta al “judío de todos los días”, (6) Marx identificó, sin ningún planteamiento filosófico, al judaísmo con el dinero y al pueblo judío con la burguesía internacional, (7) sin razonamiento lógico alguno (otro rasgo común entre los judeófobos), para Marx burguesía, capitalismo, judaísmo y judíos son términos equivalentes, y por lo tanto, el eje central de toda la obra marxista, esto es, la abolición del capitalismo, provocaría la desaparición del judaísmo (y he aquí la diferencia: esto no pasaría con el cristianismo o el islamismo, por ejemplo), (8) en Marx, anticapitalismo y antijudaísmo van unidos, (9) que Marx haya sido uno de los peores judeófobos en la historia de los judíos y quien sentó las bases del antisemitismo de izquierdas (y en menor medida del judío ajudaico) es algo comunmente aceptado por la inmensa mayoría de los historiadores judíos y no judíos.

Veamos ahora algo acerca de Friedrich Engels.

Contrariamente a lo que "Traian Romanescu" elevó a dogma incuestionable, Friedrich Engels no era judío. Nunca lo fué. En los libros que describen las genealogías de los industriales y comerciantes de la provincia del Rin, la familia Engels ocupa un lugar respetable. Aquí es en donde uno puede encontrar el escudo de armas de la familia de los Engels. Los comerciantes, en forma parecida a la nobleza, tenían el suficiente "pedigrí" para tener sus propios escudos de armas. Los antecesores de Engels portaban en su escudo de armas un ángel que llevaba una rama de olivo, el símbolo de la paz, como intentando transmitir las aspiraciones y la vida pacífica del famoso descendiente de dicha familia. Fué con éste escudo de armas que Engels ingresó a la vida. El motivo del escudo muy posiblemente fue seleccionado por la palabra Engels, la cual sugiere Angel en Alemán. La prominencia de esta familia puede ser calada por el hecho de que sus orígenes pueden ser rastreados hasta el Siglo XVI, en contraste con Marx del que a duras penas se conoce algo acerca de su propio abuelo. Engels tiene dos variantes en su genealogía. De acuerdo con ciertos datos, Engels era un descendiente remoto de un francés L'Ange, un Protestante, un Hugonote, que encontró refugio en Alemania. Los familiares sobrevivientes más cercanos de Engels no reconocen este origen francés, insistiendo en su ancestría alemana. De cualquier manera, la familia Engels era una familia antigüa de fabricantes de vestimentas que posteriormente se convirtieron en fabricantes de algodón. El mayor de los Engels, junto con su amigo Erman, construyó fábricas textiles no sólo en su tierra nativa sino también en Manchester, Inglaterra, convirtiéndose en un fabricante Anglo-Alemán. El padre de Engels pertenecía al credo Protestante. Era un Evangelista, curiosamente reminiscente de los viejos Calvinistas, por su profunda fé religiosa, como también estaba dedicado en cuerpo y alma a los negocios y la acumulación de bienes materiales, cada momento que no lo tenía ocupado en cuestiones de negocios lo dedicaba a reflexiones espirituales.

Spectator está en posesión de pruebas documentales irrefutables para demostrar a cualquiera que Friedrich Engels no era judío. Sin embargo, como son los propagandistas de la ultraderecha los que han estado afirmando por décadas que Friedrich Engels era un judío, ellos son los que están obligados a probar su dicho, y no Spectator el que está obligado a demostrar lo contrario. Una vez que hayan "probado" su afirmación sobre el supuesto judaísmo de Engels de la mejor manera en la que lo puedan probar, Spectator entrará gustosamente en acción para pulverizarles sus "pruebas" y ponerles, una vez más, un tapón en la boca.

Así pues, de los dos "padres del comunismo" que la incansable ultraderecha gusta de citar en sus escritos como "prueba irrefutable de la gran conspiración judía masónica comunista", el principal era un rabioso judeófobo, y el otro ni siquiera era un judío. ¿Esas son pruebas?

Por otra parte, en lo que respecta a Ferdinand Lasalle, éste hombre es conocido no sólo porque apoyó decididamente la conquista del sufragio universal (recuérdese que la ultraderecha siempre ha sido enemiga acérrima de la democracia) y la creación de asociaciones de producción subvencionadas por el estado además de defender a la idea prusiana de unificación y al Canciller Otto von Bismarck como el artífice para dicha unificación, sino porque Lassalle se enfrentó directamente en contra de Marx. No podía haber escogido "Traian Romanescu" un peor ejemplo para apuntalar su maltrecha versión de la "gran conspiración judía masónica comunista" que éste. Por último, Eduard Bernstein no sólo se distinguió porque creía que las predicciones del marxismo eran erróneas (¡el tiempo le dió la razón!) sino por el alto concepto que tenía de la democracia, de la eliminación de privilegios de clase y de la igualdad para los individuos, además de que lejos de ser un "revolucionario" creía que el camino hacia el socialismo debía ser evolutivo (lo cual queda claro con una lectura de su libro Evolutionary Socialism publicado en 1907), que la nacionalización de empresas debía ser gradual y que debía hacerse con prudencia, sin rechazar el concepto de algunas empresas privadas para las cuales decía que "una buena ley industrial puede ser mejor que 100 nacionalizaciones". ¿Es ésto comunismo? ¿Es ésto bolchevismo? ¿Quién lo afirma? ¿El anómimo "Romanescu"?

La afirmación tramposa de que "todos los autores del comunismo teórico fueron judíos" se logra mediante otra táctica propagandística ampliamente utilizada por la extrema derecha: la purga selectiva de información. En la amplia literatura del comunismo teórico podemos encontrar numerosos autores de todas partes del mundo, algunos de los cuales son judíos, y algunos de los cuales (la mayoría) no lo son. Si entre 300 autores del comunismo teórico hay 20 que son judíos, pues el asunto es sencillo: se presenta la lista purgada de no-judíos, y se amartilla el hecho de que todos los que están en la lista reducida son judíos, lo cual será indudablemente cierto, siempre y cuando los restantes 280 sean completamente ignorados. Uno de los autores del comunismo teórico en México fue el ensayista Vicente Lombardo Toledano:





conocido como uno de los Siete Sabios de México. Pero este hombre no era judío (quien afirme que lo era... ¡que lo demuestre!), como tampoco se sabe que haya sido un masón en activo (quien afirme que lo haya sido... ¡que lo demuestre!) como los que tanto odia la ultraderecha por considerarlos cómplices de "la gran conspiración judía masónica comunista". Y no habiendo sido judío, pues simplemente eliminamos a Lombardo Toledano de la lista con la cual queremos "demostrar" que "todos los autores del comunismo teórico fueron judíos". El problema es que en México no hay tantos judíos relevantes de la talla de Vicente Lombardo Toledano que puedan ser considerados intelectuales del comunismo; los pocos que hay los tenemos que buscar con una lupa y aún así (sin intención de ofender) carecen de relevancia alguna. Tal vez podamos empezar nuestra lista metiendo a alguien como Don Abraham González por el solo hecho de tener un nombre judío y por ése sólo hecho, pero entonces caeríamos en las mismas sofisterías con las cuales la ultraderecha mundial inventa y maquilla su propaganda. Obviamente, México (al igual que muchos otros países) no es un país idóneo para "demostrar" que "todos los autores del comunismo teórico fueron judíos".

Por último, en relación al párrafo que hemos leído de "Traian Romanescu" en donde cita al libro Mi Lucha de Adolfo Hitler: el 15 de junio de 1925 se publicó en Alemania el primer volumen de este libro, cuatro años después de que ya había sido descubierta la naturaleza fraudulenta de Los Protocolos de los Sabios de Sión, y pese a ello Hitler continuó adelante con sus planes convirtiendo a este fraude material de enseñanza obligatoria en las escuelas alemanas, demostrando con ello su deshonestidad y la calaña de la cual estaba hecho.

Existe un "mandamiento" no-escrito, dado a manera de advertencia a todos los judíos del mundo entero por la ultraderecha neo-Nazi, el cual podría enunciarse del modo siguiente:

"No destacarás en ninguna de las profesiones, no destacarás en las ciencias, ni destacarás en las artes, como tampoco destacarás en la industria ni destacarás en los negocios ni en la política, porque si lo haces, serás incluído en la lista negra de todos aquellos hebreos acusados de estar trabajando para consumar la gran conspiración judeo masónica comunista".

Para la ultraderecha no hay un solo judío bueno, trátese del compositor Felix Mendelssohn, del pianista virtuoso Arthur Rubinstein, del pintor Marc Chagall, o del biólogo Jonas Salk (descubridor de la primera vacuna efectiva en contra de la devastadora poliomielitis, vacuna que salvó a decenas de millones de seres humanos de caer víctimas de tan terrible padecimiento, rescatando de tan cruel destino inclusive a los mismos extremistas neo-Nazis que hoy quisieran llevar a cabo un holocausto para exterminar a todos los judíos benefactores de la humanidad como Salk). Los militantes de la ultraderecha detestan a todos los judíos que destacan en lo que sea, y es por esto que Hitler no tuvo reparo alguno en terminar en los hornos crematorios con las vidas de destacados judíos cuyo único delito consistió en haber nacido judíos (como si uno tuviese opción alguna de poder escoger en dónde va a nacer y en qué familia va a nacer). Es así como la ultraderecha, siguiendo el ejemplo de Henry Ford, denuncia "indignada" lo que llama el "monopolio judío" en las artes cinematográficas poniendo como ejemplo al conocido director de cine Steven Spielberg, ampliamente conocido alrededor del mundo por su extensa producción cinematográfica que incluye películas tan conocidas como E.T. el extraterrestre, Encuentros cercanos del Tercer Tipo, Gremlins, En busca del Arca Perdida, Parque Jurásico, y muchas otras incluyendo Tiburón. El rencor gratuito que la envidiosa extrema derecha a través de sus "intelectuales" de ayer y de hoy siempre ha manifestado en contra de Steven Spielberg por el hecho de ser judío y únicamente por ése solo hecho hizo efervescencia cuando Spielberg produjo La lista de Schindler, la cual por la imagen poco favorable en la que se muestra a los Nazis y sobre todo al abominable carnicero Nazi Amon Goeth (cuya propia esposa ignoraba las atrocidades que cometió su esposo hasta que se puso a estudiar un poco más a fondo los documentos históricos descubriendo la verdad, una verdad que la llevó a suicidarse al comprobar que su enajenado marido, al igual que los ultraderechistas de hoy en día como los Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara quienes también ocultan de sus propios familiares lo que realmente son y hacen, era un monstruo), provocó una reacción iracunda en los sitios propagandísticos del neo-Nazismo, cuyos adláteres se rasgaron las vestiduras lanzando feroces aullidos denunciando a ésta película de Spielberg como "mera propaganda". Curiosamente, aunque los neo-fascistas siempre han culpado a "la gran conspiración judía masónica comunista" por la producción de películas pornográficas, este es un cargo que no le han podido fincar al judío productor y director de cine más renombrado de Hollywood, y ello no por falta de ganas. Cualquiera que esté familiarizado con la extensa obra de Spielberg sabe que éste productor-director jamás ha tenido que recurrir a la explotación de imágenes de contenido sexual explícito para lograr el éxito comercial de sus películas.

Las películas de Spielberg se mantienen en la cima de la popularidad no porque el público que compra los boletos se deje engatusar por "astuta propaganda judía para que vayan a ver la película" sino porque las películas de Spielberg realmente son buenas películas además de ser aptas para toda la familia. El éxito comercial de cualquier película es determinado a fin de cuentas por las preferencias del público, no por el predominio de nadie en la producción de las mismas por cuestiones de raza o religión. En última instancia, en una economía abierta de libre mercado en donde cada quien es libre de competir presentando sus propias opciones, cualquiera de los acólitos de la extrema derecha siempre ha sido libre de producir sus propias películas (¿por qué no lo han hecho?) presentándole al público su propia versión de la Historia, quizá alguna película en la que el héroe sea un Nazi de la época Hitleriana que combatiendo al estilo Rambo logra matar él solo con sus propias manos a 500 "enemigos". O una película basada en alguna de las ficciones de Salvador Borrego. Alguna película con un título como El Comandante Krüger y la Máquina del Tiempo, División Panzer, Hitler contra Frankenstein, Rudolf Hess y el Tesoro Perdido de los Mayas, o Himmler contra el Fantasma de la Opera, con muchos Nazis, muchas swásticas, mucha acción y muchas acrobacias pugilísticas incluyendo kick boxing y golpes de Tae Kwon Do así como los "villanos" de siempre con cara de maldosos que nunca pueden faltar. Quién sabe, a lo mejor hasta podría tener algún éxito comercial, aunque también podría terminar en un sonoro fracaso con las salas de cine vacías, mismo riesgo que enfrenta cualquier productor de cine -judío o no-judío- cuando pone una obra en cartelera.

Así como hay judíos como Steven Spielberg que por méritos propios e inclusive luchando contra la adversidad destacan en la industria cinematográfica, también los hay quienes destacan en las profesiones, en las ciencias, en las artes, en los negocios y en la política. Es precisamente de éste universo de personalidades con las cuales la extrema derecha nutre su propaganda tratando de "demostrar" la existencia de "la gran conspiración judía masónica comunista", porque para ellos si un judío destaca en cualquier cosa, entonces seguramente ha de ser porque está conspirando para apoderarse del mundo.

Los fieles fanáticos con los cuales se alimentan las hordas del neo-Nazismo contemporáneo están convencidos, hasta la paranoia, de que por todas partes hay judíos conspirando noche y día para apoderarse del mundo, con la intención de quitarles todo lo que les pertenece y hacerles mal, y esta creencia doctrinaria adquiere niveles extremos de algo que la ciencia médica tiene claramente identificado como el delirio de persecución, uno de los desórdenes mentales más terribles que pueda haber, tanto para la víctima como para sus familiares. La gente que sufre este delirio cree que constantemente se está conspirando contra ellos o que son perseguidos, aunque el objeto de la conspiración sea producto de su imaginación o de algo que alguien más le haya metido en la cabeza. ¿Y cómo se le puede meter a alguien este tipo de temores irracionales en la cabeza? Pues con afirmaciones como la siguiente que aparece en el libro "Traición a Occidente" de Traian Romanescu (Capítulo XXIV, ¿Qué es la opinión pública?):

El New York Herald Tribune, el Christian Science Monitor, Life, Time, Look, Newsweek, etc., aun cuando no son de judíos son de propiedad masónica (¿?) y su opinión en nada difiere de la de los órganos israelitas (¿?). Esa gran prensa norteamericana, judía y no judía (aunque, filo-semita), es la que hace la mayor publicidad a las "figuras" hebreas, creando en cuestión de días "fabulosas" personalidades, más huecas y falsas que el corazón del carrizo. Las grandes redes de televisión de Estados Unidos son también judías. El "rey de la televisión" americana es el judío Irving Kahn. La Radio Corporation of America, es del judío David Sarnoff y la Columbia Broadcasting System, del judío William Paley. Las agencias de prensa, AP, UP, Reuter, etc., son de judíos. Además de todo eso están las organizaciones culturales (?) y "benéficas" judío-masónicas que también hacen lo suyo. Esa maquinaria representa la "opinión pública" americana, en política, arte, ciencia, relaciones sociales, deporte, etc.

Por principio de cuentas, del New York Herald Tribune, resultado de la fusión de dos periódicos, el New York Tribune (fundado en 1841 por Horace Greeley) y del New York Herald (fundado en 1835 por James Gordon Bennett), el autor de Traición a Occidente no demuestra en lo absoluto que Horace Greeley y/o James Gordon Bennett hayan sido masones o judíos, algo indispensable para poder probar a los lectores que el New York Herald Tribune aún cuando no de judíos era "de propiedad masónica" cuya opinión "en nada difiere de la de los órganos israelitas". ¿De dónde sacó Traian Romanescu estas conclusiones que se antojan disparatadas? Esto sigue siendo uno de los muchos misterios que dejó sin aclarar el desconocido "rumano" acerca del origen de su "excelsa sabiduría". En lo que respecta al Christian Science Monitor, periódico de publicación diaria que aún sale a la luz, éste periódico no es propiedad masónica de nadie. Fué fundado en 1908 por Mary Baker Eddy, la cual no tenía afiliación masónica de ninguna especie, y mucho menos era una judía. Del mismo modo, no hay evidencia documental alguna que permita suponer que las revistas Life (fundada en 1883 por John Ames Mitchell, del cual no se sabe que haya sido masón, y mucho menos judío), Time (la cual fue fundada en 1923 por Briton Hadden y por Henry Luce, de los cuales tampoco se sabe que fueran masones, y mucho menos judíos), Look (la cual fue fundada en 1937 por los hermanos John y Gardner "Mike" Cowles Jr., de los cuales tampoco se sabe que fueran masones, y mucho menos judíos), y Newsweek (fundada en 1933 por Thomas J.C. Martyn, del cual tampoco se sabe que fuera un masón, y mucho menos un judío) hayan estado al servicio de alguna "gran conspiración judía masónica comunista". El autor de esta propaganda barata le habría hecho más bien a sus argumentos paranoicos demostrándole a los lectores el origen de los datos que lo llevaron a concluír que "el Christian Science Monitor, Life, Time, Look, Newsweek, etc., aun cuando no son de judíos son de propiedad masónica y que su opinión en nada difiere de la de los órganos israelitas", algo que quizá le hubiera llevado unas cinco páginas en lugar de dos líneas de texto, pero no lo hizo porque a fin de cuentas ninguno de nosotros tenemos derecho de cuestionar a alguien como "Traian Romanescu", supremo poseedor de la verdad absoluta, y quien lo haga pues debe tener sangre judía en sus venas, debe ser masón, y ciertamente un traidor.

Sobre el mismo párrafo, y contrariamente a lo que afirma "Traian Romanescu", aunque el avejentado financiero Irving Kahn (nació en 1905) sí era un judío, no fue ningún "rey de la televisión". ¿Alguien lo duda? Pues verifíquelo en Internet. O mejor aún, pregúnteselo a los directivos de las grandes cadenas de televisión norteamericanas. Si alguien pudiera ser calificado actualmente como "rey de la televisión" de manera muy forzada y poco creíble en todo caso sería el magnate Ted Turner, el cual por cierto no es ningún judío (si algún Yunquista o Teco afirma lo contrario, que lo demuestre). El párrafo menciona también a David Sarnoff:





fundador de la empresa Radio Corporation of America (RCA). Este personaje, que nació en el seno de una familia judía pobre, por sus propios méritos no sólo fundó una empresa que abarató considerablemente el costo de los fonógrafos (predecesores de los reproductores de audio MP3 en CD) y los aparatos de radio de su época utilizando el concepto de fabricación en serie, sino que gracias a él la televisión que era tan sólo una curiosidad de laboratorio se convirtió en el medio de comunicación masiva audiovisual que usamos todos los días y sin el cual TELEVISA, la gran aliada de la derecha y la ultraderecha en la guerra sucia contra Andrés Manuel López Obrador en el 2006, no existiría hoy en día. Pero David Sarnoff fué más lejos. A él se debe el desarrollo y la comercialización de la televisión a colores, invento creado inicialmente por el mexicano Guillermo González Camarena (1917-1965).

Las innovaciones auspiciadas bajo el liderazgo de David Sarnoff van mucho más allá de lo que pudiera esperarse de un solo hombre. Los espectaculares descubrimientos tecnológicos logrados en el centro de investigación David Sarnoff Research Center (basado en Princeton, New Jersey, hoy conocido como la Corporación Sarnoff) posibilitaron, entre otras cosas, el desarrollo de la tecnología de semiconductores CMOS que hoy hace posibles a los teléfonos celulares y a las computadoras portátiles que todos gozamos hoy en día, a la microscopía electrónica indispensabilísima para la investigación y curación de enfermedades virales que en otros tiempos asolaban a la humanidad, el desarrollo de los diodos de rayo láser que hoy hacen posible la producción en serie de reproductores DVD, y el desarrollo de los diodos emisores de luz LED que hoy hacen posible las pantallas planas de televisión y monitores de computadora a color, descubrimientos que a la postre han beneficiado a la humanidad entera. (La historia de los avances logrados por los pioneros que han trabajado en éste centro de investigación y desarrollo están documentados en el libro David Sarnoff Research Center: RCA Labs to Sarnoff Corporation de Alexander B. Magoun.) ¿Cómo es posible que alguien pueda ser tan ruin y tan malvado como para acusar a esta gran labor emprendedora el ser parte de una "gran conspiración judía masónica comunista"? Esto habría que preguntárselo a los fundadores y multimillonarios dueños de la ultraderechista Universidad Autónoma de Guadalajara y a los verdaderos cabecillas intrigantes de la Organización Nacional del Yunque que a fin de cuentas vienen siendo la misma cosa.

David Sarnoff es el paradigma del judío que se atrevió a violar el "sagrado mandamiento" del neo-Nazismo que dice "No destacarás en ninguna de las profesiones, no destacarás en las ciencias, ni destacarás en las artes, como tampoco destacarás en la industria ni destacarás en los negocios ni en la política". ¡Bien por él y por todos los que nos beneficiamos con su legado! Si México hubiese tenido judíos emprendedores y geniales como David Sarnoff y Albert Einstein, México sería hoy una potencia tecnológica mundial de primer orden en vez del país tercermundista que quedó tras tres siglos de coloniaje español y guerras fraticidas sin sentido como la Guerra Cristera. De cualquier modo, la afirmación que dice "La Radío Corporation of America, es del judío David Sarnoff" debe ser contrastada con el hecho de que a pesar de que David Sarnoff tuvo descendencia de calidad empresarial en su hijo Robert Sarnoff, dicha compañía es hoy propiedad de la transnacional francesa Thomson fundada en París, Francia, en 1893, la cual dicho sea de paso es una empresa dedicada, como todas las demás empresas comerciales alrededor del mundo, a hacer dinero, y no un consorcio para promover masónicamente a "la gran conspiración judía". En la actualidad no hay familiar alguno emparentado con David Sarnoff que tenga derechos de propiedad sobre lo que hoy queda de lo que una vez fue la RCA.

La afirmación hecha tan a la ligera por "Romanescu":

"Las agencias de prensa, AP, UP, Reuter, etc., son de judíos."

que consta de tan sólo 11 palabras, requeriría de alguien que siempre se ostentó (sin demostrarlo) como Profesor de la Universidad de Bucarest el demostrar tan amplia y temeraria aserción, empezando con un listado de los directivos y accionistas principales de cada de una de estas agencias informativas, y las pruebas de que son judíos los que sean judíos, sin las cuales no es posible sustentar una afirmación tan amplia como ésta. De hecho, ésto por sí solo ameritaría un libro completo. (La demostración de que todas estas agencias informativas están además involucradas todas ellas en una "gran conspiración judía masónica comunista" requeriría otro libro por separado.) Pero no tratándose de Traian Romanescu, a quien hay que aceptarle y creerle todo lo que escribió sin cuestionar nada, y el cual nunca tuvo obligación de comprobarle nada a nadie por estar situado en un plano intelectual muy superior al resto de los demás seres humanos, compartido tan sólo por otros autores de su talla (o mejor dicho, de su calaña) tales como Julius Streicher, Joaquín Bochaca, Salvador Borrego y David Irving. (Spectator aclara aquí que Paul Julius Reuter, el fundador de la agencia noticiosa Reuters, sí era un judío, hecho que jamás ocultó de nadie, hasta el día 16 de noviembre de 1845 en el que públicamente se convirtió por voluntad propia al cristianismo siendo bautizado con el nombre que llevaría por el resto de su vida. De cualquier modo, estas conversiones voluntarias, públicas, no forzadas, de judíos hacia el cristianismo -como las conversiones de los primeros apóstoles del judío Jesús los cuales todos eran también judíos- no tienen valor ni mérito alguno para los ultraderechistas de hoy.)

Y por cierto, si los adalides de la ultraderecha mexicana realmente van a ser congruentes con la fanática lealtad a sus creencias, más vale que se vayan acostumbrando por el resto de sus vidas al igual que sus hijos y sus nietos pequeños a no consumir nunca más chocolates Hershey en cualquiera de sus presentaciones incluyendo los famosos besitos, porque el empresario que fundó la compañía que produce dichos chocolates es Milton Hershey, el cual tuvo ascendencia judía (aunque, en rigor de verdad, el proceso de americanización por el cual atravesaron los ascendientes de Milton Hershey que forma parte de la asimilación cultural que han experimentado muchos judíos de Norteamérica trajo como consecuencia que los Hershey puedan ser tan "judíos" como Will Smith pueda ser considerado un africano "puro").

Es tal la judeofobia de los sucesores ideológicos actuales de Hitler que han llegado al extremo de afirmar que el grupo musical inglés más famoso de todos los tiempos, "The Beatles", fue patrocinado y promovido como parte de "la gran conspiración judía masónica comunista" para corromper a las juventudes de hoy, por el hecho de que su manager Brian Epstein era un judío inglés. Como era de esperarse, omiten deliberadamente mencionar que a los Beatles se les prohibió actuar en Israel en 1965... ¡por temor de que corrompieran a la juventud israelí!, hecho por el cual a principios de febrero del 2008, con cuatro décadas de dilación, el Ministerio israelí de Relaciones Exteriores pidió perdón a los Beatles por lo que considera que fue un error histórico. Al menos los judíos en buen número son capaces con el tiempo de reconocer sus yerros y pedir perdón, virtud que no se le ha conocido jamás a ningún autor ultraderechista, ninguno de los cuales ha perdido perdón jamás a nadie por ninguna de sus mentiras inclusive cuando estas han quedados expuestas a la luz del sol. (En México, los moralistas conservadores de derecha de siempre que nunca pueden faltar en ninguna sociedad convencieron al Regente de la Ciudad de México Ernesto Uruchurtu para que les prohibiera terminantemente a los Beatles hacer una presentación en vivo el la capital del país en agosto de 1965, estigma que este adalid ocasional de los moralistas conformistas opuestos a toda innovación aún carga sobre su curriculum. Al menos Israel les ofreció disculpas a los miembros sobrevivientes del famoso grupo musical, algo que el gobierno federal se ha resistido a hacer, especialmente el gobierno pro-Yunquista de Vicente Fox y el gobierno derechista actual de Felipe Calderón.)

Preguntarán tal vez algunos: ¿Cómo es posible que pueda haber gente tan ruín que equipare a los creadores de melodías hermosas tales como Penny Lane, Imagine, Yesterday, She loves you, Eleanor Rigby y The fool on the hill, producto de genialidad pura, con una "gran conspiración judía masónica comunista" por el solo hecho de que el administrador del conjunto era judío? La triste realidad es que ésta es gente que no se quiere ni a sí misma, es gente socialmente inadaptada y disfuncional que la mayoría de las veces encuadra perfectamente en el perfil de la personalidad antisocial, y así hay que tratarla y enfrentarla.

Según Traian Romanescu, no sólo todas las grandes empresas y los medios de comunicación están en manos de judíos y masones maquinando las 24 horas del día para apoderarse del planeta. También la aristocracia inglesa e inclusive hasta los jerarcas de la Iglesia Anglicana están metidos en la grandiosa conjura, como podemos verlo en la siguiente afirmación hecha muy "a la Romanescu" (Traición a Occidente, Capítulo III, La Masonería es Milenaria):

La ciudad inglesa de York, donde afírmase que el rey Aethelstan convocó para la "primera asamblea general masónica" en el año de 926, se transformó en una especie de ciudad santa de los masones (¿? ¿Algo así como La Meca de los musulmanes?). Pacientemente, los judíos consiguieron atraer a la masonería a toda la aristocracia inglesa, inclusive las familias reales, hecho que les permitió infiltrarse en la dirección política del país hasta que se apoderaron totalmente (¿?) de ella hacia 1800, a través de la secta. Esto permitió que más adelante hebreos como Lord Reading, Lord Samuel, Lord Beaverbrook, Lord Montagu y otros fueran los verdaderos amos políticos de Inglaterra. Desde entonces el rey, al asumir el trono, es declarado "gran maestro" honorario. Es el caso, además, que los jerarcas de la Iglesia Anglicana sean a la vez "venerables" de la hermandad, con lo cual están en manos del judaísmo.

Antes de continuar, veamos detenidamente la biografía de William Maxwell Aitken (1879-1964):





mejor conocido como Lord Beaverbrook, el hijo de un ministro presbiteriano, nacido en la provincia de Ontario, Canadá. La única afirmación que identifica a Lord Beaverbrook como un "hebreo" es rastreable a sitios propagandísticos de la extrema derecha, los cuales a su vez citan a "Traian Romanescu" como su fuente de información. Si Lord Beaverbrook era judío, esto es algo de lo cual nadie, ni siquiera los mismos judíos, parecen estar enterados, excepto "Traian Romanescu" y sus legiones de seguidores en Latinoamérica, que no se han puesto a pensar en que esta afirmación hecha tan a la ligera no es apoyada en ninguno de los libros de "Romanescu" por alguna fotocopia de algún documento o al menos por una referencia a alguna oficina de registro civil en Canadá en donde se pueda confirmar el "dato".

La osada afirmación de que los jerarcas de la Iglesia Anglicana son "venerables" de la hermandad masónica con lo cual están en manos del judaísmo debe ser sopesada con un estudio cuidadoso de la historia y de los principales personajes de esta Iglesia. Y como siempre, el lector se deberá preguntar: ¿de dónde demonios sacó Traian Romanescu los datos que lo llevaron a ésta "verdad"? Los lectores frecuentes de Spectator ya deben saber la respuesta a ésta pregunta. De cualquier manera, tal vez los lectores quieran echarle un vistazo a un artículo titulado "Head of Anglican head will not appoint Freemasons to senior positions" (La cabeza de la Iglesia Anglicana -obvia referencia al Arzobispo de Canterbury Rowan Douglas Williams el cual no es ningún masón y mucho menos judío- no nombrará a francmasones a posiciones principales) para darse una idea sobre cómo están las relaciones entre miembros de las fraternidades masónicas.

Traian Romanescu, en virtud de sus portentosas "habilidades detectivescas", no sólo "descubrió" que todas las grandes empresas y los medios de comunicación están en manos de judíos y masones maquinando las 24 horas del día para apoderarse del planeta y que también la aristocracia inglesa e inclusive hasta los jerarcas de la Iglesia Anglicana están metidos en la grandiosa conjura. También afirmó haber descubierto el método secreto por el cual los hebreos controlan la masonería. Esto lo tenemos en el siguiente párrafo (Traición a Occidente, Capítulo III, La Masonería es Milenaria):

El método por el cual los hebreos controlan la masonería es sencillo. La judería tiene su masonería propia conocida como la rama Mizraim o Misrahi de la secta, que es la verdadera masonería (¿?) con ritos diferentes. Por ejemplo, en sus ceremonias se invoca a Jehová, Dios de los judíos y no al "Supremo Arquitecto del Universo", como se hace en el resto de la masonería. A la rama Mizraim sólo pueden pertenecer israelitas que al mismo tiempo sean jefes o miembros de las logias masónicas mixtas. De tal dualidad no deben saber absolutamente nada los adeptos no judíos (¿?). Las decisiones tomadas en las logias y consejos masónico-judíos son comunicadas a las logias mixtas por los hebreos como "propuestas", que invariablemente son aceptadas (¿?), gracias a que tales individuos ocupan puestos clave.

Nunca en un espacio tan breve se habían formulado tantas tarugadas. La forma más fácil de salir de dudas es conversar un rato con alguien que pertenezca al Rito de Memphis y Mizraím, promovido por Giuseppe Garibaldi, por cierto no-judío, precisamente el primer Gran Maestre de este rito resultado de la fusión de dos ritos. Es falso que a ésta rama de la masonería haya sido creada para uso exclusive de "la judería", como también es falsa la afirmación de que a esta fraternidad masónica solo puedan pertenecer israelitas que ocultan una "dualidad" perteneciendo a otras logias. Las invenciones y falsificaciones en estas líneas son tan burdas que Spectator dejará a sus lectores la relativamente fácil tarea de buscar a través de las maquinarias de búsqueda de Internet información más detallada acerca del Rito de Memphis y Mizraím y, de ser posible, intercambiar opiniones con masones que pertenezcan a dicho rito.

He aquí otra "prueba" de "Traian Romanescu" sobre cómo los judíos dizque usaron a las fraternidades masónicas para que los Estados Unidos se independizaran de Inglaterra (Traición a Occidente, Capítulo III, La Masonería es Milenaria):

El judío Jonathan Belcher fue el primer masón conocido en las colonias inglesas que más tarde constituyeron los Estados Unidos, gracias a la primera gran traición masónica contra el imperio británico.

Pero aquí hay un pequeño problema. No hay historiador alguno, excepto Traian Romanescu (si es que se le puede llamar historiador) que afirme que Jonathan Belcher (1682-1757), el segundo de siete hijos de los colonizadores Andrew y Sarah (Gilbert) Belcher, haya sido un judío o haya tenido ascendencia judía. Si lo fué, o si la tuvo, esto es algo que solo Traian Romanescu lo supo, y nunca le dijo a nadie de dónde sacó tal "dato". Posiblemente lo habrá obtenido de un oráculo... montado en el sanitario de su casa.

Traian Romanescu no sólo "descubrió" que todas las grandes empresas y los medios de comunicación están en manos de judíos y masones maquinando las 24 horas del día para apoderarse del planeta y que también la aristocracia inglesa e inclusive hasta los jerarcas de la Iglesia Anglicana están metidos en la grandiosa conjura. También "descubrió" que todas las universidades norteamericanas de mayor prestigio que forman parte de la Ivy League... ¡son universidades masónicas!. Este disparate lo encontramos en el siguiente párrafo (Traición a Occidente, Capítulo III, La Masonería es Milenaria):

Masones son nueve de los diez ministros nombrados por Kennedy, que aunque él mismo no es masón (por lo menos todavía no tenemos informes al respecto), pertenece, como su hermano "Boby", por él nombrado nada menos que Ministro de Justicia, al grupo de los "intelectuales" izquierdistas salidos de las universidades masónicas de la famosa "Ivy League" (universidades norteamericanas, entre ellas la de Harvard, donde estudió Kennedy). No importa que el Presidente Kennedy y su hermano sean o no miembros de la masonería (la religión les prohíbe oficialmente tal pertenencia). Lo importante es que ellos se rodearon de judíos y masones y ejecutan el programa judío-masónico destinado a derrumbar al mundo occidental desde el interior, en favor del imperialismo soviético.

Tal vez, quizá, si cierta mediocre universidad privada pro-fascista de México promotora del neo-Nazismo basada en Guadalajara hubiera sido considerada como "socio honorario internacional" de la Ivy League, las universidades de la Ivy League se habrían salvado de ésta virulenta acusación. Pero las probabilidades de que algo así pueda ocurrir son tan remotas como las probabilidades de que le den a los fundadores de ésta universidad el Premio Nóbel de la Paz, por lo cual "Traian Romanescu" seguramente anticipándose a éste "desprecio masónico" afirmó

Los encargados de otorgar los galardones son prominentes masones. Por eso hubo premios "Nobel" para traidores como Churchill y Marshall; para conspiradoras comunistas como la Pavlova (¿?) y para escritores judíos sin mérito literario (¿?) como Boris Pasternak, cómplice máximo (¿?) del también israelita Ilya Ehrenburg que en su libro El Trust Para la Destrucción de Europa, publicado en 1942 en Nueva York, predijo la total desintegración de los pueblos europeos a manos del bolchevismo. (Traicion a Occidente, Capítulo III, La Masonería es Milenaria.)

(El escritor y periodista Iliá Grigórievich -Gírshevich- Erenbúrg es detestado y aborrecido hasta la médula en la ultraderechista Universidad Autónoma de Guadalajara por haber escrito en 1937 el libro Guadalajara: Una derrota del fascismo. Era imposible que "Traian Romanescu" no terminara mencionándolo, pese a que la ciudad de Guadalajara a la que se refiere Erenbúrg en su libro no es la ciudad de Guadalajara en el Estado de Jalisco de México actualmente sede de la ultraderecha latinoamericana sino la ciudad de Guadalajara en España, algo que muchos Tecos de base ignoran.)

La masonería controla también al Comité de la Academia de Estocolmo, que concede los famosos Premios Nobel. Los premios van casi siempre a manos de la judería o de sus instrumentos (¿entre los cuales se incluye a la Madre Teresa de Calcuta, al Dalai Lama, a la organización internacional Doctores sin Fronteras, la Cruz Roja Internacional, Aministía Internacional y a los descubridores del virus del SIDA?): Anna Pavlova, presidenta del Comité Anti Fascista soviético; el general George Marshall, Churchill, el judío Boris Pasternak, el comunista italiano Quasimodo, el invertido André Gide y muchos más de la misma calaña, como que hasta el anterior rey de Suecia era también hermafrodita (¿?) e intercedía por sus "amigos" (¿?). (Traicion a Occidente, Capítulo VI, Los Ritos Masónicos.)

Ha llegado a ser una costumbre de la "venerable" academia masónica de Estocolmo, conceder sus Premios Nobel de la Paz precisamente a criminales que desencadenaron guerras o dirigieron matanzas de millones de hombres, como en el caso del masón Wilson y del masón general George C, Marshall. (Traicion a Occidente, Capítulo X, La Traición de Wilson.)
El judaísmo y la masonería utilizaron el odio enfermizo de Churchill hacia Alemania y Hitler. Chamberlain mismo, también masón (¿?) e igualmente enemigo de Alemania (¿?), ya que sin ser masón, no habría podido ser ministro (¿?), no era sin embargo tan apasionado como Churchill y habría comprendido que los intereses de su país exigían evitar la guerra. Por eso intentó entenderse con Hitler en Munich en 1938, lo que le costó el cargo a favor de Churchill ya que no convenía su actuación a la judeo-masonería (¿?). Al lado de Roosevelt, Curchill tuvo el papel principal en la Traición a Occidente (¿?), y quizá por eso le fue dado el masónico Premio Nóbel... ¡de literatura!, en 1953. (Traición a Occidente, Capítulo XII, La Traición de Churchill.)

(Después de una búsqueda extensa, Spectator ha fracasado rotundamente en localizar documento alguno que pueda comprobar el "dato" Traianesco de que el Primer Ministro inglés Neville Chamberlain -el cual ciertamente no era un judío- era un masón. Si alguien tiene una fuente de información confiable y fidedigna que lo demuestre, Spectator reproducirá gustosamente aquí la fotocopia del documento, siempre y cuando la fuente de información no sea la cabeza de "Traian Romanescu" o un portal asociado a las ideologías neo-Nazis de la extrema derecha.)

Aquí habrá tal vez quien diga: "Yo mismo he visto fotografías con algunos personajes históricos importantes que portan el atuendo propio de los masones (el mandil) y que son presumidos por las logias a las cuales pertenecieron como masones del más alto grado que es posible alcanzar dentro de la Masonería, el Grado 33". Pero aquí estamos ante algo en lo cual las apariencias no sólo engañan, sino que engañan de más. Las fotografías en su mayoría sí son genuinas y no son fotomontajes, y cuando las logias masónicas exhiben orgullosas a tales personajes dichos personajes no sólo no niegan tal cosa sino que inclusive lo añaden a su curriculum. Pero la supuesta "sapiencia" de tales personajes en los "misterios" masónicos es una ilusión, por el hecho de que la Masonería consta realmente de sólo 3 grados, los grados 4 al 32 son parte de un cuerpo auxiliar y el grado 33 es honorario. Lo que sucede es que cuando algún personaje por méritos propios alcanza un lugar destacado en las artes, en la jurisprudencia, en la política, en la industria, o en las ciencias, de vez en cuando se le ofrece honrarlo distiguiéndole con el más alto grado que la Masonería puede otorgar a cualquiera de sus adherentes, el Grado 33, sin necesidad de tener que pasar por todos los grados inferiores. Es algo así como una especie de reconocimiento, como el recibir un Doctorado Honoris Causa de alguna universidad (Bill Gates, el fundador de Microsoft, jamás concluyó formalmente sus estudios universitarios, y mucho menos cursó un grado de Maestría o Doctorado, y sin embargo recibió un grado honorario de Doctorado en Medicina del Instituto Karolinska de Suecia el 23 de enero del 2008, de lo cual solo resta decir que Spectator jamás acudiría con éste hombre ni siquiera para recibir una vacuna por vía oral o algún consejo médico); y de hecho la misma ultraderechista Universidad Autónoma de Guadalajara ha sido pródiga con este tipo de reconocimientos especialmente con gente "afín" a sus bizarros propósitos y su clandestina ideología neo-Nazi siguiendo el ejemplo de la Legión de Honor que distinguió al corrupto funcionario Arturo Durazo Moreno como miembro de la misma. Muchos personajes históricos que han aceptado el reconocimiento que les brinda alguna logia masónica invistiéndolos con el Grado 33 en buena medida son personajes que posiblemente la única ocasión en la cual pusieron el pie dentro de la logia fué cuando se les dió dicho reconocimiento, ocasión en la cual se les sacó la foto pública con el atuendo propio de la Masonería, misma foto usada posteriormente por los ultraderechistas gritando a viva voz: "¡He aquí la prueba (¿?) de que en la gran conspiración judía masónica comunista están involucrados vende patrias importantes!"

Los terribles delirios de persecusión que padecen los ultraderechistas neo-Nazis los hace ver "enemigos" imaginarios por todas partes, inclusive hasta en clubs de servicio social como los Rotarios a los cuales consideran como "masones disfrazados", inflando la literatura neo-fascista con obras tales como La verdad sobre el Rótary Club (¿?) de Armando Tonelli. Lo podemos ver también en comentarios como el siguiente (Traición a Occidente, Capítulo III, La Masonería es Milenaria):

Para quienes conozcan las tácticas masónicas (¿?) no resultará extraño que al día siguiente de su entrada triunfal en La Habana Fidel Castro haya dicho en un Club Rotario (masonería camuflada), que 200,000 norteamericanos morirían si los Estados Unidos pretendían inmiscuirse en su gobierno. No obstante lo cual Washington lo siguió distinguiendo con una actitud paternal que culminó poco después con un recibimiento de héroe para el "jefe barbudo".

Posiblemente a causa de delirios de persecusión como éstos fué que el dictador ultraderechista Francisco Franco cuya fobia antimasónica excedía con creces inclusive a la de los mismos Nazis (los cuales ordenaron el 4 de septiembre de 1937 el cierre de todos los capítulos que había del Rotary Club en Alemania) no sólo persiguió implacablemente a los masones, sino que a los rotarios les juró que mientras él viviera no habría un solo Rotary Club en toda la España fascista (lo cual cumplió). Esta es la razón prioritaria por la cual todo club de servicio social debe estar en máxima alerta sobre las verdaderas motivaciones ocultas que pueda tener cualquier miembro de la Organización Nacional del Yunque, cualquier egresado de la Universidad Autónoma de Guadalajara, y cualquier individuo con simpatías hacia el fascismo de hoy, al haber ingresado en cualquier capítulo de cualquier club de servicio social. Y se recuerda aquí que estos infiltradores son gente con mentalidad criminal que no obedecen a nadie más que a sus amos ocultos. Cualquier club de servicio social que dé cabida a esta clase de gente lo hace bajo su propia cuenta y riesgo, considerando la extraordinaria peligrosidad de estos individuos.

Y por cierto, el mimo mexicano Mario Moreno "Cantinflas" era un masón, y no hay un sólo mexicano (excepto los que le han entregado el alma a la causa de la ultraderecha) que crea que Cantinflas haya estado maquinando maldades en la logia masónica de su adscripción para promover a "la gran conspiración judía masónica comunista", o que crea que Cantinflas logró forjar su carrera artística no por los méritos propios de su indiscutible genialidad (empezó actuando con gran éxito en las famosas carpas) sino gracias a "la ayuda de sus compinches masones". Ahora bien, ¿prohibió el ultraderechista español Francisco Franco la exhibición de todas las películas de Cantinflas en España en toda su larga dictadura por el hecho de que Cantinflas era un masón? ¿Usted que opina, amable lector?

Las pocas fuentes documentales que esporádicamente cita "Traian Romanescu" son fuentes que, a su vez, se basan en literatura tan fraudulenta como "Los Protocolos de los Sabios de Sión", como podemos verlo en el siguiente párrafo (Traición a Occidente, Capítulo II, Voces Autorizadas):

Monseñor E. Jouin, prelado francés, publicó en París (1921) el libro Le Péril Judeo-Maçonnique (El Peligro Judeo-Masónico), en el que señalaba la terrible amenaza sobre Francia. Sus afirmaciones son valederas para todo el mundo. En la página 21 decía: "Si ustedes creen en el principio moral que ordena el respeto de la propiedad; si desean conservar lo poco que poseen, si rechazan la máxima formulada por el francmasón (¿?) Proudhon:

'La propiedad es un robo', máxima según la cual vuestro vecino puede echaros de vuestra casa y apropiársela; si a la luz de los acontecimientos ustedes ven que la aplicación matemática de esa máxima se realiza en Rusia y en los otros países que padecen la revolución; en fin, si ustedes comprenden que las advertencias de los "Protocolos" están siendo confirmadas por los hechos, ¡uníos para defenderos de los judíos y los francmasones!" Advertía asimismo la campaña judeomasónica (¿?) a favor del divorcio, del amor libre, de la prostitución y de los vicios. Y hacia especial hincapié en la lucha encarnizada que desarrollaban en todas partes los masones, movidos por los judíos (¿?), para arrojar de las escuelas, de las oficinas públicas, de los tribunales inclusive de los hogares, todo signo cristiano; de las conjuras masónicas contra las órdenes religiosas y sus miembros; la difamación creciente contra los sacerdotes; la implantación del laicismo en las escuelas. Con notable visión del futuro, monseñor Jouin afirmaba que los masones preparaban las generaciones de bolcheviques del mañana; generaciones sin Dios y sin patria.

Las palabras de monseñor Jouin, escritas hace casi 40 años, tienen ahora más vigencia que nunca (¿?). Los masones manejan (¿?) los gobiernos, las finanzas, los medios de difusión, los centros de cultura, la dirección de la industria, etc. Si no son ellos, son los comunistas. Y en ambos casos, son -en última instancia- los judíos (¿?).

Mañosamente, "Traian Romanescu", quien siempre supo acerca de la naturaleza fraudulenta de "Los Protocolos de los Sabios de Sión", omitió aclararle a sus enajenados seguidores que el título "Los peligros Judeo-Masónicos" es de hecho un título introductorio puesto a manera de sub-título. El título completo del libro es "El peligro judeo-masónico: Los Protocolos de los Sabios de Sión". A continuación, Spectator reproduce para sus lectores la portada original del libro citado por Traian Romanescu:




(Esta es una fotografía de alta resolución que puede ser ampliada aquí mismo. No asombre a nadie el hecho de que la imagen de esta portada haya sido tomada de un ejemplar que obra en las hemerotecas de la ultraderechista pro-monárquica y "nacionalista" Action française)

Y he aquí la portada de la cubierta "chaleco" de la traducción directa de este libro al Español en una edición que tal vez resulte conocida para muchos de los enajenados en México que pudrieron sus mentes con esta ficción en la década de los sesentas, en la década de los setentas, en la década de los ochentas, y los que aún siguen pudriendo sus mentes en la actualidad con esta basura:





El libro de Monseñor Jouin en realidad no fué jamás un libro suyo, ya que simplemente se limitó a tomar Los Protocolos de los Sabios de Sión dándolos como ciertos agregándole sus propios comentarios. La versión francesa, traducida al Francés del idioma Ruso, de Los Protocolos, hizo su aparición en Francia en 1921 justo al mismo tiempo que en los Estados Unidos hacían también su aparición los vitriólicos escritos antisemitas del industrial ultraconservador Henry Ford, inspirado también en Los Protocolos a los cuales les dió plena credibilidad entronizándolos como "la revelación del siglo", todo lo cual a su vez entró a una Alemania derrotada apenas tres años atrás (1918) en la Primera Guerra Mundial para sembrar las semillas del Nazismo dándole a desquiciados como Hitler un "culpable" a quién echarle toda la culpa de la derrota militar de Alemania. Y así, la propaganda se fue multiplicando como un hongo venenoso, cobrando una vida propia que habría dejado a su iniciador el monje ruso Serge Nilus con la boca abierta.

De haber sido un poco honesto consigo mismo, Monseñor Jouin quien publicó la edición francesa de Los Protocolos comentados por él en el mismo año 1921 en el que el fraude fue desenmascarado debería de haber elaborado un testimonio público pidiéndole perdón a sus lectores por haberse prestado al engaño. Después de todo, ¿acaso prestarse a la propalación de una mentira no es un pecado? ¿No dice claramente uno de los diez mandamientos que "No mentirás"? Pero en vez de hacer tal cosa, se aferró tercamente a su libelo, sembrando con ello las semilas para el Nazismo en su versión francesa, arrojando a millares de jóvenes franceses a las fauces del Anticristo alemán. ¿Puede haber pecado mayor que éste, cometido en contra de sus propios fieles a quienes debió de haber conducido hacia Cristo en vez de conducirlos hacia el Anticristo?

Lo que hemos visto es tan sólo una parte muy pequeña del material que citan otros pseudo-historiadores revisionistas que a su vez se citan los unos a los otros inflando su propaganda, los cuales en lugar de limitarse a reproducir las mentiras de otros al menos deberían tratar de justificar o por lo menos maquillar las falsedades de las fuentes que citan. Pero ni siquiera para eso tienen cerebro.